VÍDEO DE LA INTERVENCIÓN (CAT, en el punto de inicio)

Creo que todas podemos coincidir en reconocer que no ha sido un mandato en unas circunstancias fáciles: pandemia, guerra, y las respectivas consecuencias de ambas (confinamiento, emergencia sanitaria, vacunación, dificultades económicas, inflación, mayores necesidades sociales, aplazamiento de obras...).

Y, sin embargo, la buena noticia es que Barcelona ha demostrado una capacidad de resiliencia extraordinaria.

Y empiezo con datos económicos, que a todo el mundo les preocupa mucho. Porque la realidad hoy en día es esta:

• Barcelona tiene el dato de paro más bajo de los últimos 15 años. Y sí, creamos más empleo que el Madrid del descontrol en el que algunos se ven reflejados, y sin los costes sociales que su modelo genera.

• Hemos recuperado ya el PIB de antes de la pandemia y crecemos a un ritmo superior al del resto de España y de Cataluña. Cosa que, por cierto, no ocurría antes del 2015.

• Y Barcelona es la primera ciudad europea en captación de inversiones extranjeras. La primera de Europa.

No lo digo yo, ¿sabéis quién lo dice? Un diario al que creo que ustedes le otorgan una gran credibilidad: el Financial Times.

Y precisamente este miércoles la Fundación del Mobile publicaba un estudio que indicaba que los hubs tecnológicos en Barcelona se han duplicado desde el 2018.

Los datos avalan que el modelo impulsado estos años en Barcelona funciona.

Y a este éxito ha contribuido mucha gente. Pero también es evidente que los últimos ocho años han sido decisivos para impulsar un modelo de ciudad más social, más sostenible y más competitiva.

En definitiva, hemos impulsado una economía más diversificada, con más valor añadido y más innovadora.

Pero, además, lo hemos hecho en una ciudad más social y más sostenible, porque una cosa tiene que ir con la otra.

• Líderes en inversión social. Somos la gran ciudad con mayor inversión social por habitante... ¡y por quinto año consecutivo! ¡Destinamos un 50 % más que Madrid!

¿Cuándo había tenido Barcelona esta prioridad durante tantos años seguidos?

Este dato no es abstracto, se materializa en una lista de nuevos servicios públicos que me ocuparían todo el tiempo de la intervención: Konsulta'm, Concilia, Unidad Antidesahucios, PAE...

• Líderes en sostenibilidad: el plan Cerdà fue criticado por algunos cuando se aprobó porque se adelantaba a su tiempo.

Como hoy las supermanzanas. Pero lo cierto es que reciben el reconocimiento de las Naciones Unidas, y son imitadas en todo el mundo (Viena, Berlín, Nueva York...).

Y por mucho electoralismo que se haga al respecto, son el futuro y nadie las quitará.

• Y por todo eso Barcelona disfruta de un extraordinario reconocimiento internacional y capacidad de atracción. De nuevo el balance de solo estos últimos cuatro años es indiscutible: 

• • El Supercomputing Center, primer ordenador cuántico del sur de Europa, al que ahora se le añadirá un segundo.

  • Sede del proyecto Giga de la ONU, para la digitalización de las escuelas del mundo.

  • MWC, sede permanente en Barcelona y confianza plena en la ciudad, y se han añadido otros como ISE.

  • Copa América de Vela.

  • Capital de la Arquitectura en el 2026.

  • Manifesta.

  • Empresas punteras no dejan de elegir Barcelona para instalar sus hubs digitales: Cisco, Norrsken, Infor, Microsoft...

¿Cuánto hacía que Barcelona no tenía este impulso? ¿Cuánto hacía que Barcelona no podía presumir de estos datos y prestigio? ¿Cuándo fue la última vez que un alcalde podía venir aquí a presumir de un balance así?

Por último, tan importante como lo que se hace es cómo lo hemos hecho:

• Con innovación: hemos hecho cosas que, sencillamente, nunca se habían hecho. Y que no solo funcionan, sino que reciben el reconocimiento internacional: los APROP (premiados), la Unidad Antidesahucios (premiada), covivienda con cesión de uso, el protocolo “No callem”, que ha permitido avanzar mucho en la lucha contra la violencia contra las mujeres.

• Con liderazgo metropolitano y de país: Barcelona Energia, el operador metropolitano de la vivienda, la incorporación de la Generalitat en el Consorcio del Besós...

• Poniendo orden: ¿quién quiere volver a la barra libre de la especulación y al monocultivo del turismo? Hemos regulado y nos hemos plantado ante estas actividades, y también de los juegos y apuestas, que tanto daño hacen a nuestros jóvenes, deteniendo las macrococinas y supermercados fantasma, tasa Amazon... Y lo hemos hecho de manera honesta (muchas querellas, todas archivadas).

• Con la gente (participación): Decidim (premiado), presupuestos participativos, asamblea ciudadana por el clima..., que nos ha convertido en la capital europea de la democracia.

• Superando nuestras competencias: vivienda (más que la Generalitat), salud mental, ciencia, cambio climático...

• Con eficacia y eficiencia: Barcelona tiene 1.000 millones más de presupuesto que en el 2015. ¡Y sin incrementar la deuda, pese a lo que hemos vivido!

El Ayuntamiento del 2023 tiene tres mil funcionarios más que en el 2015, mil de los cuales son guardias urbanos.

Y no es casualidad que Barcelona fuera de las primeras ciudades en recibir Next Generation.

• Con diálogo y amplios acuerdos con agentes sociales y económicos, diferentes instituciones y un amplio apoyo político.

  • El PSC ha sido nuestro socio de gobierno;

  • con ERC hemos aprobado los cuatro presupuestos y todos los grandes proyectos de transformación de ciudad;

  • y Junts ha apoyado más del 80 % de las iniciativas del Gobierno.

Algo hemos hecho bien si ha contado con su apoyo.

En definitiva, hemos liderado un gobierno progresista, con un proyecto de justicia social y sostenibilidad, con resultados económicos de éxito y desde el diálogo y el consenso y con estabilidad. Eso es lo que necesita Barcelona.

Esta es una ciudad progresista y valiente, que no tiene miedo a hacer cambios y a transformarse para enfrentarse a los retos del futuro. Y cuando hacemos estas transformaciones en un principio generan debate, pero una vez hechas nadie quiere volver atrás.

Nadie quiere volver atrás en los miles de pisos de alquiler social que estamos haciendo en la ciudad, como no se habían hecho nunca; en las pacificaciones que se están haciendo en L’Eixample, la avenida Meridiana y en todos los barrios de la ciudad; en los nuevos servicios públicos, como el dentista municipal, el psicólogo municipal, el Concilia...

Una vez que estas transformaciones son una realidad, nadie quiere volver atrás. Y por eso quiero seguir liderando un gobierno progresista que siga impulsando esta transformación.

Porque Barcelona tiene un proyecto para el siglo XXI y está funcionando.