Son actuaciones de urbanismo táctico. Se utilizan pintura y señales para adaptar rápidamente el espacio público a las necesidades sobrevenidas, como en el caso de la pandemia. Cuando la intervención se considera necesaria a largo plazo, se procede a una transformación definitiva.

En los últimos meses, el urbanismo táctico ha permitido salvar miles de puestos de trabajo con la ampliación de las terrazas de bares y restaurantes, pacificar calles, reducir el humo y el ruido, proteger escuelas y ganar espacio público para las personas. Y forma parte de un proyecto que a medio plazo se extenderá a toda la ciudad para ganar calidad de vida, reducir la contaminación e incentivar la economía de barrio, lo que se denomina modelo Supermanzana Barcelona.

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